jueves, 5 de junio de 2014

10 cosas sobre Madrid a primera vista (cuando cruzas el charco por primera vez)


Hace poco más de dos meses que llegué a Madrid y ahora me percato que no he documentado nada. Nada de ese coctel de emociones, expectativas y experiencias que tienes al llegar a un país nuevo, con la maleta llena de ilusiones y proyectos. Así es como cierro los ojos y me traslado al 23 de marzo de 2014, cuando aterricé a eso de las 11 y algo de la mañana en el aeropuerto de Barajas, con algo así como unos 13 grados de temperatura -anunciaba el piloto aún en el avión-. Después del chequeo, las maletas y la cosa finalmente respiré ese aire madrileño. Un fresquito sabroso y silencioso. Eso fue de las primeras cosas que pensé al estar en el taxi camino a lo que sería mi nuevo hogar. “¡Cuánto silencio!”, me decía. Nada de corneteo, motorizados… solo el sonido de los cauchos rodando por la autopista, en un asfalto perfecto sin altibajos ni sorpresas.

Ese mismo día pero unas horas más tarde tomé el tren, que aquí se llama “la Renfe”. Sí, así en femenino porque aunque el tren es masculino, Renfe son las siglas de la Red Nacional de Ferrocarriles Españoles. Impecable, puntual y también silencioso, para el acostumbrado bululú del Metro de Caracas. Fue una de las cosas que a diario pueden resultar insignificantes pero me sorprendió.

Madrid es una ciudad hermosa, que te enamora con ese aire clásico pero moderno a la vez. Hecha para caminar (pausa y suspiro de enamorada). Con un montón de rincones por descubrir y sobre los cuales te preguntas si te alcanzará tu estadía en ella para hacerlo.

10 cosas sobre Madrid a primera vista, después de cruzar el charco:
(Vale acotar que estas son cosas sensibles al ojo de quien apenas la conoce y viene desde una ciudad en extremo diferente. Muchas aplicables a toda España).

1.- Está hecha para caminar. Empiezo aquí porque vengo del polo opuesto. De una urbe donde el peatón es atropellado, literalmente, siempre, no importa que la luz brille a su favor. En Madrid el transeúnte es prioridad. Y para quienes venimos de tierras venezolanas, eso sorprende gratamente.

2.- Se pierde el miedo a las calles. Pocas veces son los corneteos, los gritos o algún bululú raro en la calle. Recuerdo que una noche, cuando ya había caído el sol, un señor que caminaba detrás de mi botó algunas cosas al suelo y el ruido me hizo brincar. Ya me había fácilmente acostumbrado a la paz y tranquilidad. Volteé a mirar y recordé que ese sentimiento – de susto, de sobresalto- era normal en mi día a día en Caracas. Un arrebatón, un motorizado, el susto a ser robado, ultrajado, violado, etc, etc… te hacía vivir alterado.

3.- En el Metro, la gente anda con la cabeza metida en un ibook, el teléfono o cualquier otra cosa. Uno como observador sediento de conocer es detectado rápidamente como extraño a esa hábitat. 

4.- No se dice “salud” al estornudar sino “Jesús”. No es celular ni computadora, es móvil y ordenador, respectivamente. Nada del “buenas” venezolanísimo para saludar, aquí es un simple “hola” y “hasta ‘luogo’ – así se escucha- para despedirse. El inglés se pronuncia tal cual se lee, no es ‘wai fai’ es “wi-fi”, no es “espaiderman” es “espiderman” y así. La “SH” es muda de este lado del charco. Por eso es Sakira, en vez de Shakira y Susi, en vez de sushi. Sí, para los venezolanos Sussy es solo una galleta. Resulta curioso y gracioso.
5.- No es un beso para saludar, son dos.

6.- Aquí fuman mucho. Demasiado.

7.- Los desayunos suelen ser muy simples o dulces. Una tostada apenas, o una palmera o crossaint de chocolate. Nada del par de arepas con perico o caraotas. (Paso de eso. No me acostumbro)

8.- Se come muchísimo jamón serrano, chorizo, salchichón y todas esas cosas buenas y ricas también en calorías. Pero como se camina bastante también se compensa la cosa.

9.- Tiene extremos hermosos para conocer. Alcalá de Henares, Aranjuez, El Escorial. Más allá del típico centro o zonas turísticas cliché. Ideales para visitar un día sin mayor plan. Gracias al sistema de transporte todo está súper bien conectado.

10.- El tiempo pasa volando y más en verano, cuando oscurece después de las 9 pm. Por eso parece poco el tiempo para conocer a la linda Madrid.

No hay comentarios:

Publicar un comentario